- La Policía Nacional todavía no aclara quiénes detuvieron al joven ni por qué tuvieron que llevarlo a un hospital.
Ana María Reyes pasó siete días buscando a su hijo de 22 años en cuanto destacamento de la Policía Nacional (PN) encontró por Santo Domingo Oeste sin encontrar ningún indicio de su paradero.
La mujer sabía que se lo habían llevado en una redada policial el jueves 20 de febrero en óptimas condiciones de salud, y jamás pasó por su mente buscar en la morgue del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).
Jhon Kohr Reyes había sido detenido en el barrio Enriquillo en Herrera, cerca de la Escuela Básica Las Mercedes, cerca de las 11:30 de la noche.
Ninguna de las estaciones policiales tenía registro de él, porque el joven jamás fue ingresado a una de sus celdas.
Ana María Reyes prepara acciones legales contra la Policía Nacional ante la muerte inexplicada de su hijo, Jhon Kohr Reyes (F: Kevin Reyes).
Reyes cuenta que, después de más de una semana buscando, el jueves 27 de febrero, en el destacamento de Las Caobas accedieron a informarle que la patrulla depositó al detenido en el hospital municipal de Engombe el mismo jueves para darle los primeros auxilios y que al otro día su cadáver era trasladado al Inacif de la avenida Arístides Fiallo Cabral, en la Zona Universitaria.
«Lo que ocurrió en el camino y la razón por la que necesitó atención médica genera muchas preguntas en la familia. El único testigo, quien fue apresado junto a él y presenció todo, se niega a hablar porque dice que está bajo amenaza«, aseguró Reyes.
De acuerdo a la mujer, un policía de la zona la convocó al destacamento de Las Caobas, el sábado, y allí conversó con ella por teléfono para pedirle que se retracte de todo lo que ha denunciado ante la prensa. Trató de convencerla de que su hijo sufrió un mareo y se golpeó en la cabeza.
«En el cadáver, afectado ya por la descomposición, se podía notar un giro de 90 grados de la cabeza hacia su derecha y un plegamiento de la piel del cuello por el efecto de torsión, de forma que este lado de su cráneo reposaba totalmente pegado al fondo del ataúd», explicó.
También, una herida todavía abierta debajo de la oreja izquierda y varios círculos enrojecidos en el abdomen. El cuerpo tuvo que ser sepultado inmediatamente.
La familia sostiene la teoría de que Jhon Kohr recibió descargas eléctricas con una pistola taser y fue torturado en la camioneta donde lo llevaban, pero ahora deben esperar 45 días para recibir los resultados de la autopsia. La Policía Nacional tampoco emite su versión oficial hasta no contar con este informe.
«Tenemos que esperar los resultados de la autopsia que habrán de practicar los peritos en la materia, y, luego, en coordinación con el Ministerio Público estaremos dando detalles de ese caso», respondió el vocero de la Policía Nacional, Diego Pesqueira.
Reyes dice que tampoco ha podido conseguir el reporte médico del Hospital Municipal de Engombe. En el acta de defunción consta que todavía se esperan resultados de la autopsia.
Asegura que su vástago no sufría ninguna enfermedad y estaba en perfecta condición de salud. No tenía antecedentes penales y se dedicaba a lavar vehículos en un lavadero al frente de su casa.
Vivía con su madre y una hija de un año y ocho meses de edad, a quien salió a comprar pañales cuando ocurrió el hecho.
Decenas de vecinos salieron el sábado a hacer una caminata por el barrio para exigir justicia y defender la integridad del muchacho.
Teme por ella y su otro hijo
La madre del occiso afirma sentirse atemorizada por las amenazas que, supuestamente, ha recibido vía telefónica de un capitán de la PN. Sostiene que después de lo ocurrido una camioneta doble cabina, color gris, ronda su casa y se ha parado al frente dos veces. Teme que vayan a tomar represalias contra otro hijo de 24 años que le sobrevive.
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