México pierde su última diva del cine de oro ¡Murió Silvia Pinal!

La actriz, considerada como ícono del cine y la televisión, falleció luego de padecer y enfrentar varias complicaciones de salud que se habían agravado en las últimos horas.

Es una mujer que hizo tanta historia, vivió tantas vidas, cumplió tantos sueños y sufrió tantas tragedias emprende su viaje final, el lenguaje se queda corto y solo queda agradecer y recordar para intentar retratar, probablemente de manera imperfecta e incompleta, lo que fue su paso por este planeta.

Silvia Pinal pertenece no a uno, sino a varios mundos. Tantos que ni la serie sobre su vida o su propia autobiografía llegaron a contarlos todos.

Su libro, que tituló “Esta soy yo”, comienza con su madre, una adolescente de 15 años que el 13 de septiembre de 1930 (algunos aseguran que fue en 1931) dio a luz a una bebé, hija del rico y bien parecido director de orquesta Moisés Pasquel, quien se negó a conocerla hasta que ella ya era mayor.

Ese dramático inicio, que podría haber sido sacado de una telenovela clásica, siguió con la pequeña Silvia acompañando a su madre a la tienda donde era vendedora hasta que contrajo matrimonio con el político Luis G. Pinal. De él recibió su apellido y de ambos, madre y padre adoptivo, la disciplina y la ética laboral.Quizá imaginando el mundo de su padre biológico, o porque la sangre llama, el sueño juvenil de Silvia Pinal era ser cantante de ópera. También soñaba con irse de casa y lo logró. Tenía apenas 16 años cuando contrajo matrimonio con Rafael Banquells, un actor y director que le doblaba la edad y al que terminó manteniendo. A pesar de eso, la controlaba “y me di cuenta de que con mi familia no estaba tan mal”, recordó la estrella en su libro”.

La actriz Sylvia Pasquel es producto de esa unión. Sylvita, como es llamada en familia, adoptó el apellido Pasquel en su nombre artístico para subrayar la conexión nunca admitida con su abuelo materno.

El Bel Canto se le resistió, pero su pasión por las artes la llevó primero al teatro y luego al floreciente sector cinematográfico que vivía lo que hoy conocemos como la era dorada del cine mexicano.

En esos tiempos compartió carteles con los más grandes. Desde Pedro Infante -quien intentó una relación con ella con tal empeño que hasta hizo que le robaran el auto para que a Silvia no le quedara más remedio que aceptar aventones en su moto- hasta Mario Moreno “Cantinflas”, pasando por Germán Valdés, mejor conocido como “Tin Tán”, a quienes las nuevas generaciones lo podrán identificar mejor como hermano de Don Ramón y tío de Cristian Castro.

LA MUSA DE BUÑUEL
Al divorciarse de Banquells Silvia Pinal siguió brillando y enamorando. La cantidad de romances que reveló incluyó al dueño de Televisa Emilio “El Tigre” Azcárraga Milmo. Eventualmente, se casó con el magnate de los muebles Gustavo Alatriste, al que ella llama “El amor de mi vida”.

La historia entre ellos fue tan hermosa como triste, pues se les acabó el amor. No sin antes haber tenido a Viridiana Alatriste, la segunda hija de Pinal, quien murió en un accidente de auto cuando tenía 18 años. “Doña Silvia nunca se recuperó de la muerte de Viridiana. Ella misma lo compartió conmigo”, contó Itatí Cantoral cuando protagonizaba la bioserie sobre la vida de Pinal.

Pero mucho antes de esa gran tragedia, Alatriste se convirtió en el productor de las películas más galardonadas a nivel internacional de Silvia Pinal. Se trató de “Viridiana” (1961) y “El ángel exterminador” (1962) y “Simón del desierto”, dirigidas por el cineasta español Luis Buñuel.

Mientras que la primera recibió el premio “Palma de oro”, el máximo premio europeo de cine, que se otorga en el Festival de Cannes, la segunda fue definida por el propio Buñuel como una de sus obras más personales. La relación de las familias Alatriste/Pinal y Buñuel fue tal, que el cineasta y su esposa fueron los padrinos de la niña Viridiana y siguieron unidos hasta la muerte de él en 1983.

EL MÁXIMO ÉXITO Y EL ABUSO
Tras sus trabajos europeos, Silvia Pinal regresó a las producciones mexicanas y hasta llegó a trabajar con Ricardo Montalbán, quien después se mudó a Los Ángeles y triunfó en Hollywood. A la Diva le llovieron las propuestas, pero después de un intento se dio por vencida.

“Mi inglés es horrible”, admitió. Tanto, que en aquella película llamada “Shark” su voz fue doblada por completo. La protagonizó con Burt Reynolds, uno de los grandes galanes de la década de los 60. En aquella época también trabajó en producciones italianas y argentinas.

Durante esos años Pinal pasó de estrella a empresaria de la industria del entretenimiento, financiando y produciendo obras musicales y comedias en el teatro. Además, montó una empresa de cosméticos tipo Avon, que eventualmente terminó cerrando porque había crecido demasiado para poderla manejar sola.

Aunque se había prometido a sí misma no volverse a casar, un joven se prendó de ella e insistió tanto que logró conquistarla. Se trató de el astro pop del momento: Enrique Guzmán. La pareja se casó en 1967 y tuvo dos hijos: Alejandra y Luis Enrique.

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